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Cómo falsificar 150 millones de libras.

 
Billete de 10 libras esterlinas

Con el término “Guerra total” se entiende la guerra en la que los bandos se enfrentan con todos los recursos disponibles de cualquier tipo, no para defenderse sino para aniquilar al enemigo. Una de las acciones a realizar puede ser la destrucción de la economía del adversario. Este fue uno de los planes más inteligentes del Tercer Reich.

Para colapsar la economía británica, Reinhard Heydrich tuvo la idea de falsificar la libra en grandes cantidades e introducir dichas falsificaciones en el mercado para provocar una ruinosa inflación. Para ello, Heydrich encargó al coronel de las SS Bernhard Krüger la búsqueda de gente especializada para dicha labor. Los encontró en campos de concentración. En total, era un grupo de 140 judíos que fueron establecidos en el campo de Sachsenhausen. Una vez allí, se les dio la calificación de “trabajadores altamente esenciales”, lo que significaba que vivirían.
 
Tenían el objetivo de falsificar 150 millones de libras, que, en un principio serían lanzadas desde aviones militares sobre el Reino Unido pero, debido a la inferioridad de la Luftwaffe frente a la RAF, y a que, a largo plazo los británicos podrían controlar la situación, esta idea fue desechada y se tuvieron que conformar con introducir la moneda por medio de pagos de sobornos, comercio internacional o mediante los espías trasladados. De esta forma aparecieron billetes falsificados en ciudades como Madrid, Estocolmo o Tánger. 

En el momento cumbre, se llegaron a falsificar al mes medio millón de libras, que rápidamente eran puestas en circulación. 

Los billetes llegaron a los mercados internacionales, incluida Gran Bretaña hasta que un empleado del Banco de Inglaterra detectó dos billetes con el mismo número de serie. 

Una vez detectada la enorme falsificación, podían detener la circulación de los billetes falsos, lo que perjudicaría a la credibilidad económica del Reino Unido o permitir la libre circulación de estos billetes. Eligieron lo segundo. Eso sí, poco después cambiaron el diseño de los billetes.

Los 140 judíos de la operación Bernhard, fueron trasladados de campo al acercarse las tropas aliadas a Berlín. Una vez en Ebensee (Austria) temieron lo peor. Pero por suerte para ellos, eso no llegó. En su lugar, fueron liberados (dependiendo de la fuente por los estadounidenses o por los mismos alemanes que los dejaron marchar). Las máquinas falsificadoras y grandes cantidades de billetes fueron arrojadas al lago Toplitz. Krüger fue detenido por los británicos y “desnazificado”. Murió de viejo, en Hamburgo. Uno de los judíos, Adolf Burger contó esta historia en sus memorias, de donde se basó la película Los Falsificadores (2007).


Buzo sacando fajos de billetes falsificados del lago Toplitz.